Historia
Fundación
La ciudad fue fundada sobre un poblado indígena llamado Nat-Tha-Hi, que en
otomí significa debajo del
mezquite o a la sombra del mezquite; varios españoles circundantes a las Villas de Apaseo y
Acámbaro que se instalaron para para surtir a los viajeros. Estos primeros españoles llamaban a la comarca el Mezquital de los Apatzeos.
El epicentro de construcción para la
ciudadela fue el Convento Grande de
San Francisco y el posterior establecimiento de las Casas Reales en la Plaza de Armas. Más tarde las haciendas circundantes con la ayuda de los afluentes de los ríos Apaseo y San Miguel se volvieron importantes productoras de
maíz,
trigo,
chile,
pimiento,
vid y
maguey para las ciudades mineras
Guanajuato,
Zacatecas y
San Luis Potosí en cuya ruta era paso obligado.
Los viajeros y habitantes españoles del asentamiento, eran víctimas de constantes ataques indígenas, por lo que el entonces Virrey de Nueva España, "Don
Luis de Velasco", expidió en
1551 una cédula para que se instalase una guarnición que sirviera de protección a los intereses de la corona. A pesar de la guarnición, la frecuencia de los ataques a los viajeros, que llevaban los metales preciosos a la capital, obligaron al Virrey Don Martín Enríquez de Almanza venir personalmente para organizar la defensa de los viajantes. Fue en esta visita cuando los españoles asentados le solicitaron que fundara una villa con el nombre de Villa de la Purísima Concepción de Zelaya, fue así que expidió una cédula para tal fin el
12 de octubre de
1570. No obstante la cédula, debido a ciertas diferencias entre los españoles asentados, no se cumplió hasta el
1 de enero de
1571, cuando se reunieron los requeridos para la fundación, quedando la ciudad bajo la protección de la Purísima Concepción. Siendo entonces, la única ciudad del país que celebra el día que se le dio el permiso de fundación, como la fundación misma.
Los evangelizadores
franciscanos se vovieron de vital importancia para la el desarrollo de la villa, aportando el
panteón, la
huerta popular, la
Enfermería, el Noviciado, el
Claustro y el "Colegio de la Purísima Concepción" que es una de las instituciones antecedentes a la
Real y Pontificia Universidad de México, al tiempo que se edificaban el
templo de San Francisco, el templo de la Tercera Orden, el templo de Nuestra Señora del Pilar, el templo de la Señora del Cordón, la capilla de los Dolores y los espacios públicos hoy localizados en el Centro Histórico. En
1597 la orden de los
Carmelitas lego a la Villa su Convento y Templo. En
1609 se establecen los
Agustinos al sur de la ciudadela fundando también su propio convento y templo. En
1623 con la construcción de un templo dedicado a Nuestra Señora del Tránsito y un hospital de Curaciones, se establecen los monjes Juaninos en la villa.
Casi un siglo después, el
10 de octubre de
1655, a la villa conocida y nombrada en los informes reales del virreinato como Zelaya o Celaya, se le concede la Real autorización para poseer el título de Muy Noble y Leal Ciudad con derecho a Blasón; sin embargo, el título no se confirma por el rey
Felipe IV de España sino hasta el
7 de diciembre de
1658, después de pagar adeudos pendientes a la corona.
Fue hasta
1719 que los
Jesuitas, vienen a la entonces
ciudad de Celaya, estableciendo el templo y convento de la
Compañía de Jesús, hoy destruido, e instruyendo en mejores técnicas para el cultivo de la vid.
En 1724 en la Alameda se erige el Santuario de la Virgen de Guadalupe.
Periodo de la independencia [
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Al iniciar el
movimiento independentista, la ciudad recibió a Don
Miguel Hidalgo y Costilla, días después de proclamar el 16 de septiembre de 1810 el Grito de Dolores (evento desencadenante de la guerra independentista). La muchedumbre llegó a Celaya el día
20 de septiembre de
1810, acampando en los terrenos de la Hacienda de Santa Rita, sitio donde actualmente se encuentra la empresa de Laboratorios Senosiain. Debido a una crecida de los ríos circundantes, el padre Hidalgo no pudo pasar a la ciudad hasta el día siguiente. A pesar de ello, mandó una carta al cabildo celayense pidiendo su incondicional rendición, haciendo notar que tenía bajo su custodia a 70 españoles y que si no se rendía la ciudad, los pasaría a degüello. La ciudad fue entonces tomada pacíficamente el
21 de septiembre, en las primeras manifestaciones de un ejército insurgente en México.
En el mesón de Guadalupe, que todavía se encuentra en el Centro Histórico de la ciudad, fue hospedado Hidalgo, desde donde organizó al entonces precario ejército insurgente.
El
22 de septiembre Hidalgo fue nombrado "Capitán General del Ejército Insurgente",
Ignacio Allende, "Teniente General", entre otros. Fue entonces cuando se prepararon para salir de Celaya para la toma de
Guanajuato.
Pese a que Celaya fue tomada por los insurgentes, el ejército realista, a nombre del Virrey, recuperó la ciudad y depositó una guarnición para reprimir posibles brotes independentistas.
No fue hasta
1822, meses después a la consumación de la Independencia y dada la popularidad de
Agustín de Iturbide en la proclamación de la soberanía, que el regimiento de Celaya instó, la noche del
18 de mayo, al grito de "¡Viva Agustín de Iturbide, emperador de México!". La noticia no tardó en llegar a la Ciudad de México sumándose a que el congreso discutiera la propuesta y aceptara la coronación de Agustín de Iturbide.